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«México: lo que todo ciudadano quiere (no) saber de su patria»

Esta es una introducción del libro escrito por Denisse Dresser y Jorge Volpi que quiero recomendarles:

LIBRO¿Cómo vivir en un país donde los héroes son villanos y los villanos son aún peores? ¿Cómo entender una nación que se siente orgullosa de sus prejuicios y vitupera a quienes intentan mejorarla? ¿Cómo prosperar en un lugar donde los politicos, los partidos, los empresarios y la iglesia parecen empeñados en aplastar a la sociedad civil? En México: lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria, la politóloga Denise Dresser y el novelista Jorge Volpi han ensamblado una guía de nuestras pesadillas cotidianas, un retrato ácido e implacable de los vicios de nuestra historia oficial y los lastres de nuestro sistema político. Los personajes de esta obra, única en su género, son tiranos abúlicos, presidentes ineptos o corruptos, candidatos fanfarrones y tramposos, comerciantes aviesos, periodistas veleidosos, criminales impunes: todas las figuras que impiden a México convertirse en una nación próspera, moderna, democrática, abierta y tolerante. México: lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria, aspira a convertirse en un espejo de la realidad histórica, política y social de nuestro país, en una bomba de tiempo en manos del lector. Para muestra, he aquí algunas de sus advertencias: • Si eres un miembro de la clase política y no apareces en este libro, eres nadie. • Si apareces más de una vez, algún día podrás ser candidato presidencial. • Si eres ciudadano y te indigna la historia oficial, continúa leyendo. • Si eres ciudadano y te ofende el contenido de este libro, te mereces el país que tienes. En estas páginas reaprenderás la historia de México para saber por qué somos apáticos y resignados; comprenderás que, aunque tu situación personal es terrible, no es tan mala como la del país y aceptarás que la democracia es un proceso largo, laargo, laaargo. También te enterarás de los desmanes del Poder Ejecutivo, de la irresponsabilidad del Legislativo y de la parálisis del Judicial; reconocerás las diferencias entre preprecampañas, precampañas, campañas y los resultados trágicos que todas producen; caminarás en el circo de múltiples pistas que es el ciclo electoral; entenderás el proceso de subdesarrollo de nuestros medios de comunicación; compararás noticieros antes de optar por apagar la tele y, al final de esta odisea, realizarás un viaje al México posible, aunque quizás indeseable, gobernado por los candidatos que hoy conocemos. En suma, esta obra no sólo se burla de los aspectos más negros de nuestro país, sino que anima a sumarse a esa legión de mexicanos críticos que ya no están dispuestos a tolerar tantas mentiras, tanta impunidad, tantos abusos.


«¿Independencia? ¡No! Es solo folclor…»

Mexico hecho tironesDesde hace muchos años perdí la ilusión por festejar un supuesto motivo para sentirnos mexicanos. La realidad de nuestro país es triste y a la vez desesperante por ver cómo año tras año nosotros mismos; en la mayoría indiréctamente (y con nuestra complicidad), hemos fomentado y contribuido a la destrucción de nuestra identidad, de nuestro pasado y por ende, de cualquier esperanza por hacer de este país algo mejor y más digno para las futuras generaciones que habrán de heredarlo.   La corrupción en nuestra nación se respira y flota a nuestro alrededor… ha terminado por convertirse en parte de nuestra cultura. No hacemos nada para remediar este mal y peor aún, nos refugiamos en nuestra apatía a tal grado que ni siquiera queremos pensar en algo distinto a lo que nos ordenan que pensemos (y no digamos siquiera, salir a las calles y con nuestra presencia, exigir lo que en el fondo queremos pero que, por temor, no nos atrevemos a exponer).

La vida exige más que solo respirar y tratar de pasarla lo mejor posible. Los festejos por recordar un acontecimiento, exigen más que solo evocar a esas personas que no dudaron en dar sus vidas para heredarnos un mundo mejor; y ya ni digamos tomar ese festejo como un pretexto para embriagarnos, ponernos un sombrerote y gritar a lo pendejo: «¡Viva México cabrones!«. El festejo exige en sí mismo, las ganas y el valor por imitar y poner en práctica todos esos valores cuasi olvidados en nuestra sociedad (tales como la dignidad, el agradecimiento, el espíritu crítico y el orgullo inconforme) y no enclaustrarlos en el olvido.

Si le reprochara algo a mis padres, sería precisamente eso: No haber hecho un poco más por heredarme la realidad del país en que vivimos ahora. No quiero que en un futuro, mis hijos piensen en algún momento de sus vidas, lo mismo que he expuesto.

Y no se ustedes, pero el día de hoy, en lugar de festejar algo que no despierta en mi persona la mínima ilusión, optaré por ver de nuevo este discurso y recapacitar acerca de lo que tengo que hacer hoy, mañana y siempre; por esas futuras generaciones, por nuestras descendencias…

Parte 1 de 4:

Parte 2 de 4

Parte 3 de 4

Parte 4 de 4

Denisse Dresser

Excelente.

respam