«Diario: Es día de los niñ@s»
Éste escrito me encanta y tuve que hacerle algunas modificaciones porque en la idea original se refería a la palabra «niño», pero no de manera abstracta.
Espero que les guste tanto como a mi; y les haga recapacitar en lo maravilloso que son estas criaturas y en la atención que debemos poner en ellos no solo hoy, sino todos los días…
UN NIÑ@ ES…
Entre la inocencia de la infancia y la dignidad de la madurez encontramos una encantadora criatura llamada: niñ@.
Los niñ@s vienen en diferentes medidas, pesos y colores, pero todos tienen el mismo credo: Disfrutar cada segundo, de cada minuto, de cada hora, de cada día y de protestar ruidosamente (su única arma) cuando el último minuto se termina y los padres los meten a la cama.
A los niñ@s se les encuentra donde quiera: Encima, debajo, dentro, trepando, colgando, corriendo o brincando. Las mamás los adoran, las mascotas los detestan, los hermanos mayores los toleran, los adultos los ignoran y el cielo los protege…
Un niñ@ es la verdad con la cara sucia, la belleza con una cortada en el dedo, la sabiduría con el chicle en el pelo y la esperanza del futuro con una rana en el bolsillo.
Cuando estás ocupado, un niñ@ es un carnaval de ruido desconsiderado, molesto y entrometido; cuando quieres que dé una buena impresión, su cerebro se vuelve de gelatina o se transforma en una criatura salvaje y sádica orientada a destruir el mundo y a sí mismo.
Un niñ@ es una combinación. Tiene el apetito de un caballo, la digestión de un traga espadas, la energía de una bomba atómica, la curiosidad de un gato, los pulmones de un dictador, la imaginación de Julio Verne, la vergüenza de una violeta, la audacia de una trampa de fierro, el entusiasmo de una chinampina y si de contar se trata, tiene cinco dedos en cada mano.
Le encantan los helados, las navajas, las sierras, las navidades, los libros de historietas, el chico de enfrente, la niña que se sienta al lado en la escuela, el campo, el agua (pero no en la regadera), los animales grandes, papá, mamá, los trenes, los sábados por la mañana, los carros de bomberos y las muñecas…
Le desagradan las clases de doctrina, estar acompañados por mucho tiempo, los colegios, los libros sin ilustraciones, las clases de música, las corbatas, los peluqueros, los abrigos, los adultos y la hora de acostarse.
Nadie más se levanta tan temprano ni se sienta a comer tan tarde. Nadie más puede traer en el bolsillo un cortaplumas oxidado, media manzana, un metro de cordel, un saco vacío, dos pastillas de chicle, seis monedas, una honda, un trozo de sustancia desconocida y un auténtico anillo supersónico con un compartimiento secreto.
Un niñ@ es una criatura mágica. Puedes cerrarle la puerta de tu despacho o hacerle prohibiciones, pero no puedes cerrarle la puerta de tu corazón. Puedes sacarlo de tu estudio o de tu cuarto, pero no puedes sacarlo de tu mente.
Mejor ríndete… Es tu amo, tu carcelero, tu jefe y tu maestro. Y cuando regresas a casa por las noches con tus sueños y esperanzas hechas trizas, él puede remediarlas y dejarlas como nuevas con dos mágicas palabras: “¡Hola mamita!” u “¡Hola papito!”